El queso rallado El Caserío es un producto emblemático de la isla de Menorca, en España. Fabricado por la empresa El Caserío, este queso ha dejado una marca en la industria ganadera de la región y ha contribuido al desarrollo económico de la zona. En este artículo, te contaremos la historia de este queso y cómo ha impactado en la producción láctea de Menorca.
La historia de El Caserío
El Caserío fue fundada por Pedro Montañés de Villalonga en Mahón, Menorca. Desde sus inicios, esta empresa se dedicó a la producción de queso fundido en porciones. Montañés se inspiró en productos similares que encontró durante sus viajes a Francia y Suiza, y decidió aplicar esa idea al queso de Menorca.
El éxito de El Caserío fue arrollador, especialmente durante los años del desarrollismo franquista. Su lema publicitario de el caserío me fío se convirtió en un referente para varias generaciones. La empresa ganadera de la isla se volcó en la producción de leche para esta quesera, lo que implicó un cambio en la cabaña ganadera tradicional, desplazando a la vaca vermella de Menorca por la vaca frisona, una raza más productiva.
La vaca frisona consume menos pienso y produce un 70% más de queso que las razas importadas. Sin embargo, este cambio también generó desequilibrios y un impacto ambiental significativo en la isla. A pesar de ello, El Caserío se convirtió en una auténtica potencia láctea, con 1000 cabezas de ganado vacuno, 114 ganaderías y un 1% de la producción láctea de todo el país.
La venta a Kraft y Nueva Rumasa
En 1992, El Caserío fue vendida a la multinacional Kraft (hoy Mondelez), lo que marcó un punto de inflexión para la fábrica y los productores de leche de la zona. En 2008, la producción se deslocalizó y Nueva Rumasa adquirió el centro de producción local y algunas marcas del grupo. Sin embargo, una mala gestión y las deudas de los Ruiz Mateos llevaron a la empresa a entrar en concurso de acreedores en solo dos años.
En 2011, los trabajadores lograron recuperar la Quesería Menorquina, que ha sobrevivido hasta hoy especializándose en queso fundido. A pesar de los altibajos, esta empresa ha mantenido viva la tradición de los quesos de Menorca.
El impacto de El Caserío en Menorca
Desde el punto de vista industrial, El Caserío generó riqueza en Menorca, llegando a representar un 8% del PIB de la isla. Sin embargo, también generó desequilibrios y un impacto ambiental significativo. Los ganaderos se vieron obligados a vender su leche a precios bajos debido a la gran demanda de El Caserío, lo que provocó un cambio en la producción láctea de la región.
A pesar de esto, el declive de El Caserío ha impulsado el auge de la Denominación de Origen Queso de Maó-Menorca y la reivindicación de los quesos de calidad. Muchos productores están recuperando la vaca vermella y apostando por una producción artesanal y ecológica. Esto ha llevado a la innovación en los quesos de la región y a la obtención de reconocimientos en concursos internacionales.
El queso rallado El Caserío es un producto icónico de Menorca, que ha dejado una huella en la industria ganadera de la isla. Aunque su venta a multinacionales y la deslocalización de la producción han tenido un impacto negativo, los productores locales están trabajando para recuperar la tradición y la calidad de los quesos de Menorca. Este es un camino esperanzador que impulsa el desarrollo sostenible y la preservación del ecosistema tradicional.
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