María de los Angeles Quesada es una mujer excepcional que ha vivido una vida llena de desafíos y superaciones. Nacida en la aldea de la Lancha de Almicerán, en Castril, hace más de un siglo, María Ángeles ha sido testigo de tiempos difíciles y ha trabajado incansablemente para sacar adelante a su familia.
Una vida marcada por la adversidad
María Ángeles creció en una zona pobre donde la agricultura y la ganadería apenas alcanzaban para cubrir las necesidades básicas. Su padre falleció cuando ella era muy joven, dejando a su madre viuda y embarazada del quinto hijo. A pesar de las dificultades, su madre trabajó arduamente para mantener a sus hijos.
A los 25 años, María Ángeles contrajo matrimonio con Luis López, después de que este regresó del servicio militar y la guerra. Juntos tuvieron tres hijos: Venancio, Ana María y Luis. Sin embargo, hace 21 años, María Ángeles quedó viuda cuando su esposo falleció repentinamente. Desde entonces, vive con su hija en una vivienda cueva en los Isidoros, otro anejo de Castril.
Una mujer trabajadora y valiente
A lo largo de su vida, María Ángeles ha desempeñado diversos trabajos en el campo. Desde recoger aceitunas hasta ser molinera, ha realizado todo tipo de labores relacionadas con la agricultura. A pesar de no haber recibido educación formal, María Ángeles ha demostrado una gran habilidad para la costura, confeccionando ropa para sus hijos, nietos y vecinos.
A sus 107 años, María Ángeles vive con una alegría inquebrantable y se mantiene activa a pesar de las limitaciones propias de su edad. Aunque ha sufrido caídas y problemas de salud, su buen humor y amor por la vida se mantienen intactos. Pasando sus días frente a la televisión, disfrutando de la programación del canal Sur y de los programas en los que aparece Carlos Sobera.
Un legado de amor y perseverancia
María Ángeles ha sido un ejemplo de amor y dedicación para su familia. A pesar de las dificultades, ha criado a sus hijos con amor y ha cocinado para ellos platos tradicionales que aún se recuerdan con nostalgia. Sus nietas recuerdan con cariño las comidas que les preparaba en la lumbre, donde todo sabía mucho mejor.
A pesar de no haber tenido la oportunidad de viajar mucho, María Ángeles ha disfrutado de la compañía de sus hijos y nietos. Su familia considera que el Ayuntamiento de Castril debería reconocer su larga vida y su valentía.
María de los Angeles Quesada es una mujer extraordinaria que ha enfrentado numerosos desafíos a lo largo de su vida. Su historia es un testimonio de perseverancia, trabajo duro y amor incondicional por su familia. A sus 107 años, María Ángeles sigue siendo un ejemplo de fortaleza y alegría, dejando un legado de amor y perseverancia para las generaciones futuras.
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